jueves, 2 de abril de 2015

HA SIDO UN HONOR PAPÁ





Cigarro en mano y ciento volando, hoy toca desempolvar recuerdos, para irme despidiendo.
A mi manera, poco a poco. Asumiendo que estaremos una temporada sólo sintiéndonos.
Soy tozuda, hasta para ésto.

Papi, no pienso hacer un circo de un momento tan dulce como el de nacer, el de irse.
Pero hoy toca recopilar, lo que se me agolpa dentro.
Quiero rendirte un homenaje de amor, hoy que todavía estás.

Siempre pienso cuando voy a un funeral,¿cuánta gente hay llorando a un muerto del que no se han preocupado en el último lustro? Y en mis fueros íntimos, me cabreo.
De hecho a pocos voy, y sólo en casos de excepción de seres verdaderamente queridos, y para acompañar al que se queda.


Al que se va, siempre he pensado que hay que mimarlo en vida.
Y eso te hago hoy con este contar lo que te debo.
Te debo amor, incondicional.

He buscado unas pocas fotos que adoro ver. Para asegurarme que quería hacer ésto, y desde luego que quiero.
Me enseñaste tanto...
A pescar, a cazar, a disfrutar del mar. 
¿Te acuerdas cómo me gustaba que me enseñaras a bailar tango llevando mis pies sobre los tuyos? Y con 5 añitos tan solo.Y a soñar despierta con la música, que cada día me acompaña.
Bailábamos juntos canciones de Sinatra! Qué fuerte.
Y cantábamos juntos canciones maravillosas de Los Chalchaleros. Yo a la guitarra y tú al bombo.
Me guiaste, me acompañaste en cada evento, me enseñaste a amar la naturaleza, a apreciar cada bocadito de vida, a apretarla y disfrutarla.



¿Te acuerdas de las noches eternas en que me llevabas a pescar al muelle 200 metros mar adentro y pasábamos toda la noche como locos disfrutando y esperando al amanecer para llevar churros calentitos para mamá?
¿Te acuerdas de las noches cazando y despellejando liebres en La Carlota?
¿Te acuerdas de cuando me enseñaste a montar a Blanquita "a pelo"?


¿Y de las 115 ranas que te solté sin querer después de tirarnos una noche cogiéndolas?
¿Y de los cumples que me organizabas para mí y mis amigos?
Y de los asados , los más ricos.
Y de cómo me enseñaste a ser una perfecta ama de casa, por que mamá es una tía de bandera, pero como maruja, es mejor perderla que encontrarla.
Y de cómo me enseñaste a tener gusto por la elegancia, a beber vino, a amar el teatro ye l cine.
Por enseñarme, hasta me enseñaste a emigrar.
Qué momentos duros ,papi, eh? Y cómo dimos la talla juntos en este país desconocido.

Y te acuerdas papi, las competiciones de natación, los entrenamientos de vóleiball, de balón mano, cada día, allí, llevándome, aguantándome, aplaudiéndome. Eras mi fan number one!

Y cómo me animabas a escribir? Siempre me hacías sentir una erudita.
Y me moldeaste sin saber, este carácter que tanto me ha ayudado a sobrevivir.
¿Y cuando cantaba en aquel grupo fantástico? Ni un sábado de radio, de tele o espectáculo, me dejaste tirada.
Siempre el primero para llevar los amplis, el teclado, hasta la batería de Gonzalo portabas en el coche.
Y tu amor y dedicación por los pacientes...
Esa dedicación a los demás, ese saber sentirse feliz con el éxito ajeno. Eso me lo enseñaste tú.
A ser una fiestas, una cachonda, a reírme de mí misma, a ser divertida.
Joder papi, no paro de llorar.
¿Por qué los seres humanos no haremos estos recuentos antes?

Nunca fuiste un tipo culto a rabiar, pero te empapabas de todo, sabías hablar de lo que se prestara, y cuándo no sabías, disfrutabas escuchando a los que sí.
¡Qué gran virtud, querido!
Me enseñaste a admirar.

Incluso hace aún poco, un año, dos a lo más, un día discutiendo sobre lo rojo que eras, me dijiste algo que con cuarenta y tantos tacos, te agradezco.
Me dijiste: -Hija, no puedes cambiar los sentimientos de los demás, cada uno siente como siente, y eso lo tienes que respetar.
Y me callé, y está bien orgulloso de mí papi, no cayó en saco roto.
Y a parte de compartir tantos logros, tantas hazañas, y tantas vicisitudes, aprendí de tí a ser generosa, hasta la estupidez.
Y te lo agradezco también gordito.

Eso a veces me ha hecho pecar de boba, de crédula, pero me ha enseñado que hago bien cuando confío, cuando doy oportunidades, cuando perdono, cuando empatizo, porque eso hace que pueda seguir creyendo en el ser humano.Y hace que me sienta bien.
A pesar de todos los idiotas que se han cruzado en mi camino, y que gracias a Dios, no sabes, no me han quitado un ápice de ilusión, porque me enseñaste que en medio de la jauría, siempre hay gente por la que merece la pena vivir.
Me enseñaste a ser amiga.Y a valorar la amistad como nadie.
Y eso me hace fuerte. Y eso me protege de la incoherencia de algunos.

Cuando viví los peores momentos de mi vida, bajo un maltrato infame del que conseguí salir no indemne, pero sí ilesa, todo el mundo me abandonó.
Menos tú. Mis hijos durante años, te tuvieron, con tus rabietas, con tus carencias, pero tuvieron un abuelo, de 4 vivos. Y eso, machote, me hace quererte aún más.
Y eso hace que ya te extrañe.
Y sabes papi, después de ese mal trago, cuánta gente me ha llamado feminista, cuánta gente me ha insinuado que odiaba a los hombres.Una vez un imbécil me dijo, deberías poner un gay en ti vida; refiriéndose a mi cabreo por la actitud de algunos hombres y de paso, metiéndose con muchos de mis amigos que son gays.
Nada más lejos de la verdad y de la razón . Y eso sólo tiene 2 motivos.
Uno, soy madre de dos hombrecitos maravillosos.
Y el segundo, he tenido a mi lado al hombre más bueno del mundo, enseñándome a ser buena gente.
Por eso, sé a ciencia cierta, que hay muchos hombres buenos.
Y valientes como tú. Y luchadores.
Hombres que adoran a sus hijos, y que hacen que como yo, sus hijos estén inmensamente orgullosos de ellos.

Los seres humanos, somos una extraña mezcla de inteligencia y barbarie. De solidaridad y mezquindad.
Mi querido padre, está viviendo sus últimos momentos, aquí y ahora. Aferrándose a la vida, a una vida que ya no lo es.
Yéndose a sorbos, sin querer admitirlo.
Y hoy quería rendirle este tributo, compartirlo públicamente, y desahogar mi tristeza.

Hoy me toca a mí cuidar de tí, y nada hago con más placer.
Mi querido, ha sido un verdadero honor haberte conocido, y mi vida sin tí, va a tener un deje de sin sentido.
Te quiero.
Nos vemos, pa.