Hemos unos cuantos seres en nuestro paseo vital por muy diversas razones, hemos formado pareja en nuestra vida. Hemos sido esposos, hemos sido padres, y nuestras parejas se han roto. En ese devenir, realmente todos hemos dejado energía, ilusiones, amores. Hemos fracasado.
Y volvemos a salir a la vida, en solitario.
Muchos se vuelven a anclar a otro ser, porque han tenido la suerte de encontrar un nuevo amor; otros sin embargo, no siendo capaces de existir en soledad, buscan desesperadamente cualquier sucedáneo que cumpla las funciones de "animal de compañía". Y quedamos otro grupo, los que sabemos estar solos, pero no haríamos ningún asco a vivir un amor nuevo, diferente, maduro, pero si y sólo si fuésemos capaces de encontrar en este gran pajar de vanidades, un ser verdaderamente excepcional a nuestros ojos.
Y ocurre que más allá de los 40, la vida está llena de despojos y despojados, y la gente que pasa por nuestras vidas, incurre en muy diversos estadios. Solteros,singles,solos,viudos y casados.
Aquí mi reflexión. A pasar de los avatares de mi anterior vida conyugal, mientras duró mi matrimonio (17 años), nunca jamás miré a otro hombre, fui fiel hasta la saciedad, pero no porque temiera un castigo divino, no, sino porque el cuerpo y el corazón jamás me lo pidieron. Y si así hubiere sido, desde luego, eso implicaría que no estaba bien dónde estaba,y el primer paso hubiese sido liberar esa relación, por inexistente o nociva o simplemente agotada, pero nunca, llenar mi tiempo y mi espacio con la ilusión de algún otro. Por respeto a mí, al otro y por coherencia.
Desde que estoy sola, he podido comprobar, cómo una gran cantidad de hombres (en mi caso) casados, buscan fuera de sus parejas, qué os voy a decir, sexo, compañía, evasión, incluso revivir emociones que sólo acaecen en los inicios de las relaciones hombre-mujer.
Mi duda, siempre es la misma,con qué cara regresan a sus casas, cómo se miran al espejo, qué sienten, cómo se sienten, qué creen que inspirarían el la mujer con la que están casados, qué creen que inspiran en la mujer a la que intentan seducir, ¿todo vale?
Sigo apelando a la coherencia, a la valentía de vivir.
Por supuesto que es difícil y doloroso romper una relación de años,por muy mal que se esté,por mucho que se haya acabado el amor.Somos animales de costumbres,y romper con la rutina emocional,siempre conlleva un duelo.
Pero por qué razón, en especial a los hombres,aunque también ocurre con muchas mujeres,somos tan inmensamente cobardes,por qué somos tan incapaces de decirnos la verdad a nosotros mismos,y cambiar de rumbo,y permitirnos volver a empezar.
A veces creo que un amor a los 50, tiene que ser una experiencia prodigiosa.El poder elegir con un camino ya recorrido, necesariamente puede ser el punto que no tenemos cuando somos jóvenes y la supervivencia de la especie y los cánones culturales, nos marcan más el camino a seguir que nuestro propio raciocinio puesto al servicio de las emociones.
Pero como siempre en esta vida,los caminos no son fáciles,la cultura,la educación y la religión siguen pesando más que nuestros propios deseos,sueños e intuiciones.
Desde aquí me gustaría abogar,como intento hacerlo en todos los aspectos de mi vida,por la sinceridad ante uno mismo,ante nuestra desnudez,por la transparencia con el otro,con el que tenemos enfrente,que piensa,siente,sufre e incluso puede amar y ser feliz.
Abogo por luchar contra una hipocresía que me harta descubrir demasiado a menudo.Abogo por personas que sean más personas, más empáticas, más diáfanas y menos cobardes.Abogo por esa gente que no tiene miedo de volver a vivir y a sentir.
QUIZÁ EN LA ACEPTACIÓN DE LOS FRACASOS ESTÉ EL MOTOR DE UNA VIDA MÁS PLENA
El palcer de amar a alguien con la templanza que dan los años, ha de ser una experiencia sublime, para quien la pueda vivir.
