domingo, 11 de noviembre de 2012

UNA ESPAÑA, DOS TEMPOS

Llueven gotas ácidas sobre territorios español. Llueve sobre Madrid, en una tarde electoral para Galicia y Euskadi, donde tienen lugar las elecciones posiblemente de más calado  en los últimos 30 años ante la dirección de la clase política menos apta que a mi juicio nos gobierna desde la instauración de la democracia.
Llueve sobre mojado.

Llevo semanas pensando en este artículo de opinión, documentándome, queriendo poner toda mi empatía al servicio de mis amigos independentistas. Haciendo una especie de ejercicio de paciencia infinita, ante las palabras que escucho y leo provenientes de personalidades y de ciudadanos anónimos sobre el tema separatista. Pero me siento mal, me siento rara, no percibo desde el otro lado que a nadie le importe qué sentimos y pensamos los que amamos Catalunya como una parte constitutiva de nuestro país.
Me siento molesta, dolida, porque se me pide un ejercicio que me lleve a comprender el por qué necesitan separarse, pero verdaderamente les importa un bledo lo que yo piense y sienta.
Y cuando digo ellos digo los conciudadanos catalanes independentistas y cuando digo yo, digo los conciudadanos que desde Catalunya y el resto de este ESTADO SOBERANO que es España piensan y sienten como la que suscribe.

Hace un par de días en un ejercicio magnífico, serio y a la vez divertido, una madrileña y un catalán, nos dispusimos a arreglar este problema mediando un café, un respeto absoluto por las convicciones del otro, y ganas de consensuar. Muchas.
Fue una de las charlas más  brillantes intelectualmente hablando a las que he asistido en los últimos años.
Convinimos a priori, que la discusión histórica podía resultarnos al menos muy romántica, en un juego de sarcasmo sobre Raimundo y Petronila, pero que abandonábamos este matiz para avanzar en el análisis de la discrepancia, o nos cerraban el garito. Y parece ser que desde el movimiento MAS, comienza a aceptarse el anacronismo que implica querer jugar con la barra del tiempo, hoy en 2012.

Mi interlocutor y yo, empezamos a analizar nuestra sociedad, y estábamos de acuerdo en casi todo, irónicamente.
Ambos estamos cansados de la pérdida de valores, de subvenciones a la mediocridad, de ERES y PERES sin complejos, de gestiones nefastas.
Ambos convinimos  que llevábamos 30 años invirtiendo desde las comunidades más ricas hacia las más deprimidas para que la mala gestión de unos y otros, 30 años después diera como resultado, que las ricas son algo menos  ricas y las pobres, paupérrimas. Y esto no es una perogrullada. En 30 largos años, todos como sociedad y no sólo lo que ahora está de moda llamar #LACASTAPOLÍTICA, no hemos sido capaces de crear una Nación fuerte, próspera, con proyección de futuro.
Y resulta que tenemos una sociedad quebrada económica  y moralmente.
Y que la población mayoritariamente vota lo que le han enseñado a votar, deme usted derechos que yo ya veré cuáles son mis deberes.

Dicho esto, permítanme hacer una análisis de situación, desde mi visión que es la de una madrileña de adopción, liberal, humanista, que ama Catalunya, sus gentes, su cultura, su pluralidad.
Desde la posición de una constitucionalista, que admira profundamente al pueblo catatlán, por su capacidad de innovación, por su visión empresarial, por su educación cívica, por su mentalidad vanguardista, por su seriedad en lo laboral, y ante todo por su diversidad.
Pero...quien te quiere te hará llorar.
Y no seré yo, quien deje de criticar lo que me parece, desleal, extremo, injusto y no tan democrático como me lo quieren pintar.

Me permito justamente hablar con desenfado, ya que sé a ciencia cierta que quienes me conocen saben que hablo con el corazón, y bajo una fuerte convicción, de que España, ha de seguir siendo una Nación multicolor, en beneficio de todos.

Miren ustedes, los nacionalismos, incluído el español, elevados a su máxima expresión no hacen más que llevar a la confrontación.
Estoy cansada de leer insultos, barrabasadas y demás florituras entre propios y extraños de ambos "bandos". Y manda narices utilizar esta expresión.

El catalanismo histórico, tiene perfecta cabida dentro del estado español, y decir lo contrario, es un profundo gesto de deslealtad hacia todo el resto de ciudadanos españoles, que a través de sus votos y por ende sus representantes legítimos, han intentado construir durante 30 años, un país en el que cupiéramos todos.
¿O no es el Estatut la mayor muestra de generosidad de un pueblo hacia sus conciudadanos?

Y son el propio Estatut y la propia Constitución los que conforman el marco legal de convivencia, bajo el cual, llegado el caso, se podrá arribar a la convocatoria del amado referéndum.
Pero chirría escuchar desde el separatismo, que no es democrático no dejar decidir al pueblo catalán.

Por muy bonito,socorrido y pedagógico que pueda resultar el símil del matrimonio, a demás de populista y demagógico, España, queridos míos, no es un sacramento. Es un Estado soberano democrático, donde todos hemos de jugar con las normas que nos hemos otorgado, y sí, gracias a la soberanía que emanó de nuestro pueblo.

Y cuando planteo a mi amigo en la tertulia, que yo amo Catalunya, como una parte más constitutiva de mi país, y que deseo poder pronunciarme al respecto, ya que sí me siento afectada, la respuesta fue, "se acabó el amor, y es legítimo que yo me quiera marchar".
Oiga, sí. Tan legítimo como que yo como ciudadana española, que no deseo que Catalunya deje de ser una parte de mi territorio, me planteé una tercera vía más allá de la independencia o el artículo 155. Oiga, ya hemos tenido una guerra civil, no queremos otra.

Por tanto, sí existe una tercera vía, la vía de que por el Art. 92 de la CE http://noticias.juridicas.com/base_datos/Admin/lo2-1980.html , el Estado realice a todos los españoles, una consulta, sobre la posibilidad de permitir un referéndum vinculante a la CCAA que así lo desee, sobre la posible independencia de esta región. Y esto sí es democracia.
Al igual que los independentistas, juegan de manera desordenada preguntándose si España tiene miedo a un referéndum, digamos que no. Y Catalunya, ¿ tiene miedo a un referéndum como el que aquí planteo?
Esta sería una vía plenamente democrática. Y sinceramente creo que la población votaría mayoritariamente por un sí, algunos por convicción como yo, y otros por hartazgo. Los constitucionalistas también estamos hartos.
Este punto, no dejaría en indefensión a los muchísimos ciudadanos catalanes que se sienten también españoles, ni a los otro muchos como la que suscribe que consideran Cataluña parte de su territorio.
Llegados a este punto, como bien explica el Señor Mas, siguiendo las reglas planteadas al respecto en el Estatut, se puede plantear la consulta de una manera perfectamente legítima,siguiendo los cauces contenidos en la Constitución.

Pero la cuestión de fondo, no es esta. La cuestión de fondo es que una sociedad avanzada, posiblemente más que otras regiones de España, por su idiosincrasia, por su historia, efectivamente, por la proyección económica y el intercambio cultural en el medioevo, no era igual en una ciudad mediterránea que en Teruel, por ejemplo. Y todas estas circunstancias han ido con el paso de los siglos marcando un carácter diferenciador.
Luego, esto no se trata de que Catalunya tenga gente más preparada, más culta, o empresarios más astutos. Esto se trata de que una región de nuestro territorio nacional, no acepta que haya otras regiones más desfavorecidas, por la localización geográfica, por la menor cantidad de estímulos sociales y culturales derivados de las diferencias en la aportación a la idiosincrasia, y además, seguro que sí, por una gestión nefasta de los recursos apoyadas en las ideologías.
Justamente en el principio de solidaridad entre regiones, se basó nuestro sistema de CCAA. Sistema bueno, flexible y respetuoso de la pluralidad en su esencia.
Pero viciado, desde el primer momento.

Los partidos nacionalistas, gracias a nuestra Constitución, a nuestra Ley Orgánica Electoral, y a nuestra Ley de Partidos Políticos, llevan 30 años ostentando una representación de gran peso en el Parlamento Nacional. Y desde esa posición, y desde la circunstancia de que en varios momentos políticos han tenido la sartén por el mango, en vez de utilizar su poder para inducir reformas, en TODO EL ESTADO, que se aproximaran a las reformas que hoy proponen para sus supuestos nuevos estados independientes, (Sanidad, Educación, Vivienda, I+D, Trabajo, etc., etc., etc.), se dedicaron a MERCADEAR apoyos parlamentarios a cambio de DINERO. Ésto es.
Y hoy,me encuentro deleitando café con trufa, en el café de Belén, con mi amigo catalán, que ante este argumento, saca un papel y un boli, y se pone a contar y enumerar los mandatos en los que Ciu, pudo hacer este ejercicio y no lo hizo. 
Me quedé sin respuesta por su parte, pero el café estaba delicioso.

¿Por qué, con una ley electoral, que da un poder exquisito a los independentismos dentro del Estado, en vez de cambiar apoyos políticos por dinero puro y duro, no utilizaron ese poder para mejorar la gestión de esta sociedad, para exigir cambios en el modelo educativo global, para acuñar una ley laboral más competitiva? ¿Cómo pueden decir "España nos roba"? ¿Y qué han hecho con el poder que emana de las urnas? ¿Dejarse robar?

Indecente,indignante. No se han involucrado desde el minuto cero en un proyecto de país, en un proyecto de Nación, donde todos los ciudadanos españoles, a través de nuestro representantes, les hemos otorgado, una autonomía respetuosa en cada momento con su identidad. Han usado y vilipendiado el mandato popular en pos exclusivamente del crecimiento económico. Si tanto les molesta que se gaste dinero en autonomías deprimidas, porque consideran que esa población, es diferente, menos trabajadora (os recuerdo las palabras del Señor Durán llamando vagos a los andaluces), a los mismos andaluces que han sido mano de obra barata de la burguesía catalana, y que han hecho un esfuerzo ingente de integración en una sociedad que acaba repudiándoles, ¿por qué razón, no utilizaron sus escaños para inducir, modelar y mejorar la gestión del Estado en su conjunto?

Cogen la dialéctica, y la aplican a esa población a la que han anestesiado durante años, porque la economía iba bien. Y es normal, y es humano, y la Historia nos muestra que las crisis económicas son las madres de todos los males, de las revoluciones sociales, de la exacerbación de movimientos extremos, de la xenofobia, de las guerras.Y es así desde que el mundo es mundo.

Y esta noche, en la que cambia la hora, he decidido finalizar este artículo de opinión, tres semanas después de comenzar a hilarlo. Sobre todo, para que lo leáis aquellos que sois independentistas, y para que reflexionéis. Para que sepáis que los que no vivimos en Cataluña, también estamos cansados, hartos, de perder el tiempo en divisiones estériles, y de que no nos pongamos juntos, ya, sin dilación, a la tarea de unificar todas nuestras virtudes y a la de sanear y eliminar de cuajo muchos de nuestros grandes defectos, para poder resurgir y levantar este país, entre todos, codo con codo, para poder encauzar una sociedad más preparada, más competitiva y más cosmopolita para nuestros hijos.

3 comentarios:

  1. Excelente análisis que debería contemplar, también, el terrible daño que hace una prensa irresponsable e incendiaria, que no se sabe a quien sirve. Es necesaria una segunda transición, sin ruido de sables(esta vez de plumas periodísticas)para, con la experiencia acumulada en estos 30 años, establecer unas nuevas reglas de juego. Excelente. Felicidades.

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  2. Estupendo análisis. Felicidades y gracias por dedicar tiempo a compartir tus reflexiones.

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  3. Los grandes partidos (PP/PSOE) deberían preguntarse por qué vendieron su alma a los Nacionalistas en el pasado.
    Los problemas de hoy, son sólo resultado de la dejación de funciones por parte del Estado Central a cambio de un puñado de votos nacionalistas, para poder así seguir aferrados a un sillón.
    Lo malo es que los artífices (GONZALEZ, AZNAR y ZAPATERO) de esa sinrazón del pasado, no están ahora para "pagar" el precio de esas "fidelidades" y somos nosotros los que tenemos que apechugar con SUS errores.

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